Mi nefasta realidad
septiembre 24, 2009
[escrito para mi primer amante, aquel con ojos de gato negro]
Más allá de las nubes, más allá del Sol, del firmamento. Allí, en el infinito a mano izquierda, está mi mundo, esa pequeña utopía creada para mí, y para ti.
Allí no hay guerras ni paz. No hay hambre ni hambrientos. No hay cielo ni infierno. Solos tú y yo.
Allí nadie critica ni halaga. No hay ladridos ni llantos. No hay lunas rotas, no hay dolor.
Cometas vuelan eternas. Pequeños terremotos cosquillean nuestros pies. Allí el sol aún brilla.
Fuguémonos, dejemos todo lo que nos ata tirado en una esquina. Escapémonos de la empalagosa rutina que nos hipnotiza, de la sociedad que vuelca en nuestros hombros el peso del poder, la riqueza y el éxito.
Yo no quiero nada de eso, sólo te quiero a ti. Si te tengo a ti para qué quiero nada más. Venga! Haz las maletas, yo ya estoy lista.
No, lo siento. Ahora no puedo, pero te prometo que algún día lo intentaremos, créeme.
Pero…pero… Fantasía desquebrajada en mil pedacitos que con la erosión y el tiempo se convierte en polvo rojizo que vuela buscando un lugar en el que desaparecer. Una vez más me toca despertar. Utopía siempre será.
¿Es cierto que el primer amante no se olvida…? No sé… Quizás dependa de sus ojos…
No sé si eran sus ojos amarillos o su sonrisa deslumbrante… pero grabado quedara en mi piel para siempre.
¿Y si todo lo que una conoce son sus ojos…?
Unos ojos, una mirada… a veces son tan intensos que sólo basta con ellos.
Besos