Cuando no estás, te quiero.
Cuando te tengo, me alejo.
Cuando te vas, me pierdo.
Cuando sonries, me detengo.
Y es que me debato entre el mirarte y el ignorarte,
entre obsesionada y pasota.
Un yin-yan de emociones que se desbordan y se contraen en cuestión de palabras.

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Es tan contradictorio siempre… tan chocante… uno contra si mismo, donde se traicionan principios y se adoptan actitudes que nunca se habrían podido imaginar.
Una feroz lucha entre lo conocido y lo desconocido, aunque todo sean sentimientos que se tienen dentro de uno mismo, es como la lucha de dos ejércitos.
Hay, el amor esta lleno de sinrazones…
me a gustado tu entrada, un saludo 😉
Si, es complicado comprenderse a veces hasta a uno mismo… el amor y su juego sin sentido.
Gracias Oier ^^
dicotomía…
feliz año nuevo!
Vani.
y lo mejor (o lo peor), es que cabe todo en un mismo cuerpo